西班牙语阅读--El viaje es como el libro
Nadie puede dudar el sentido de leer. A través de los libros, adquirimos los conocimientos de la historia, de la matemática, de la filosofía e incluso de todo el cosmo.Los libros nos hace más sensato, más erudito y más prudente. También el viaje tiene valor. Durante los viajes, apreciamos el paisaje, la cultura, la gastronomía y todo un mundo distinto. Los viajes nos relajan, nos divierten, nos cuentan y nos educan.
Pasear por un río tranquilo es como leer una poesía, que nos da una sensación hermosa de la belleza y la serenidad. Explorar las grandiosas montañas es como recitar un apasionante discurso, que declara la esplendidez de la naturaleza y la valentía de los viajeros. Probar la gastronomía es como estudiar de un menú, que es el arte de elaborar la sabrosa comida combinando diferentes materiales. Visitar el museo es como abrir una enciclopedia, que abarca la ciencia de lo pasado, lo actual y lo futuro. Las reliquias arqueológicas son como la historia, que nos cuenta sus antecedentes, los sufrimientos y los orgullos.
Cuando obtenemos un libro, abrimos su cubierta, entramos a su índice y luego leemos sus palabras y reflexionamos las cosas ocultas detrás de las letras. Cuando nos ponemos en camino para el viaje, otro libro se extiende frente a nosotros, pero es un libro aún más largo, más espeso y más vívido. Atrevesando las palabras, , leemos directamente lo que está escrito sobre las piedras, los árboles, las murallas,las escaleras y la gente. Superando la separación del papel, mantenemos en persona un diálogo con ellos, escuchamos lo que sienten, lo que experimentan y lo que desean.
Para apreciar este libro infinito y adquirir conocimientos, tenemos que usar la correctar manera. Algunos participan en un tour y da un paseo aprecipitadamente, resulta nada en la memoria. Algunos se ocupan en tomar fotos y comprar artesanos, sólo se limitan en la superficie de su belleza. Lo que debemos hacer es leer, como leer un libro, letra por letra, párafo por párafo, hoja por hoja, masticando lo que nos dicen las palabras, imaginando lo que nos dibuja el autor, con serenidad y paciencia. Y también necesitamos ir más allá. Lo vemos pero no sólo con ojos, sino también con corazón. Lo escuchamos, pero no sólo sus sonidos, sino también su voz del alma. Lo apreciamos, pero no se limita en mirar, sino también tocarlo, besarlo, abrazarlo y jugar con él. En el viaje, no somos un lector humilde, que queda millones de kilómetros del autor, y aún más distancia de lo que las palabras dice, sino activos participantes, que forma parte de nuestro propio capítulo.
La vida es un viaje.
El viaje es la vida.