西班牙语阅读:暮光之城-暮色(9)
No sintonizaba bien con la gente de mi edad. Bueno, lo cierto es que no sintonizababien con la gente. Punto. Ni siquiera mi madre, la persona con quien mantenía mayorproximidad, estaba en armonía conmigo; no íbamos por el mismo carril. A veces mepreguntaba si veía las cosas igual que el resto del mundo. Tal vez la cabeza no me funcionaracomo es debido.
Pero la causa no importaba, sólo contaba el efecto. Y mañana no sería más que elcomienzo.
Aquella noche no dormí bien, ni siquiera cuando dejé de llorar. El siseo constante de lalluvia y el viento sobre el techo no aminoraba jamás, hasta convertirse en un ruido de fondo.Me tapé la cabeza con la vieja y descolorida colcha y luego añadí la almohada, pero noconseguí conciliar el sueño antes de medianoche, cuando al fin la lluvia se convirtió en unfino sirimiri.
A la mañana siguiente, lo único que veía a través de la ventana era una densa niebla ysentí que la claustrofobia se apoderaba de mí. Aquí nunca se podía ver el cielo, parecía unajaula.
El desayuno con Charlie se desarrolló en silencio. Me deseó suerte en la escuela y le dilas gracias, aun sabiendo que sus esperanzas eran vanas. La buena suerte solía esquivarme.Charlie se marchó primero, directo a la comisaría, que era su esposa y su familia. Examiné lacocina después de que se fuera, todavía sentada en una de las tres sillas, ninguna de ellas ajuego, junto a la vieja mesa cuadrada de roble. La cocina era pequeña, con paneles oscuros enlas paredes, armarios amarillo chillón y un suelo de linóleo blanco. Nada había cambiado.Hacía dieciocho años, mi madre había pintado los armarios con la esperanza de introducir unpoco de luz solar en la casa. Había una hilera de fotos encima del pequeño hogar del cuarto deestar, que colindaba con la cocina y era del tamaño de una caja de zapatos. La primera foto erade la boda de Charlie con mi madre en Las Vegas, y luego la que nos tomó a los tres unaamable enfermera del hospital donde nací, seguida por una sucesión de mis fotografías escolares hasta el año pasado. Verlas me resultaba muy embarazoso. Tenía que convencer aCharlie de que las pusiera en otro sitio, al menos mientras yo viviera aquí.
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