西班牙语阅读:金陵十三钗(6)
故事简介:1937年南京沦陷,只有一座天主教堂暂时未被占领,教会学校女学生、秦淮河畔风尘女子、军人和伤兵,还有一个美国人约翰,都先后进了教堂,在 这个相对封闭的空间里,他们共同面对一场生死浩 劫,产生了各种各样奇妙的感情。然而,教堂也不是永远的净土,暂时的宁静很快被打破——日军冲进教堂并且发现了女学生,殊死抵抗的军人在千钧一发之际开枪 救女学生,英勇牺牲。后来,日军 又强征女学生去庆功会为日军表演节目,谁都知道,这将是一条凶多吉少的不归路。女学生们不甘被日军凌辱,准备集体自杀,却被以玉墨为首的妓女们救下。最 后,这13个平日里被视为下贱的风尘 女子,在侵略者丧失人性的屠刀前,激发了侠义血性,她们身披唱诗袍,怀揣剪刀,代替教堂里的女学生,去赴一场悲壮的死亡之约……
Cuando empezaba a clarear, todas las niñas se despertaron a la vez a causa de los gritos y lloros que llegaban desde abajo. El desván tenía tres ventanas alargadas selladas con tiras de papel en forma de cruz y de las que colgaban unas cortinas negras como protección en caso de ataque aéreo. Las estudiantes arrancaron las tiras de papel para poder mirar a través de los ventanucos. Con un poco de esfuerzo, alcanzaban a ver el patio delantero y parte de la puerta lateral.
Shujuan pegó la mejilla derecha al marco y vio cómo el padre Engelmann salía como una flecha del patio trasero hacia la puerta lateral. Su sotana de diario, ancha y larga, se alzaba al viento como una vela.
—¡No salten el muro! ¡Aquí no hay comida! —gritaba mientras corría.
Una de las niñas se atrevió a abrir la ventana y las demás aprovecharon para asomarse por turnos. Dos mujeres jóvenes se habían encaramado en lo alto del muro, sobre la puerta lateral. Una vestía una túnica de color cereza y parecía una recién casada que hubiera venido directamente desde su lecho matrimonial. La otra llevaba una capa de piel de zorro sobre un qipao[1] con todos los botones desabrochados bajo el que asomaban prendas de todas las estaciones del año.
Las niñas no se conformaron con ver el espectáculo desde arriba. Una a una bajaron la escalera y se apiñaron en la puerta del taller de encuadernación. Cuando Shujuan se unió al grupo, sentadas en el muro no había sólo dos mujeres, sino que ya eran cuatro. Pese a los esfuerzos del padre Engelmann por impedir que entraran, las dos primeras lograron saltar el muro y aterrizar finalmente en el terreno de la iglesia. Ni siquiera la rápida llegada de Ah Gu y George Chen como refuerzos consiguió detener a esta avanzadilla que suplicaba con lágrimas en los ojos.
El padre Engelmann descubrió entonces al grupo de estudiantes cuchicheando asomadas a la puerta del taller.
—¡Ah Gu, llévate a las niñas de aquí! ¡Que no vean a estas mujeres! —gritó enfurecido.